Siempre que estamos empezando a hacer cambios para mejorar nuestra condición física (y mental), lo primero que hacemos es cambiar nuestra alimentación, pero, de qué manera lo hacemos?
El cambio que hacemos es apropiado? Y con esto no me refiero a comer solo lechuga, tomate y pepino. O que estamos con la idea de “ya me ejercite, ahora si a comer lo que sea!”. Pero no, en realidad se trata de que si tienes un buen balance en tu ingesta de proteína, grasas y carbohidratos, y si la manera en que te ejercitas para lograr lo que quieres, es el mejor método de hacerlo.
Piensa y analiza que cambios son los que hiciste y además, presta atención a tus resultados y a cómo te sientes, pero también recuerda, es de tener paciencia, darle tiempo y de disfrutar (y frustrarse) el proceso.
Te gustaría algún tip extra? Déjanos tu comentario, con mucho gusto te leemos!